CONVERSANDO CON EL CAMPO – MAYO

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En cuidados intensivos la salud ¡Por culpa de los agroquímicos!

Para nadie es un secreto que con la revolución verde que se comenzó a implementar por allá en los años 60s y 80s en los Estados Unidos, la producción agrícola cambio de forma significativa, las hambrunas que se pensaban calmar – ya que era uno de los objetivos particulares de este proyecto – no se logró, pero podríamos decir, que si se aumentó la producción agrícola de forma significativa y permitió que la labranza de la tierra no fuera tan dispendiosa y tediosa.
Este proyecto consistía en la implementación de un paquete tecnológico donde se llevase a cabo la siembra de diferentes variedades mejoradas de alimentos tales como el arroz, el maíz, el trigo y otros granos, implementando monocultivos con la utilización de grandes cantidades de agua, fertilizantes y plaguicidas. Con ello los investigadores creían cumplir con los objetivos trazados para con este trabajo ¡Pero lastimosamente no fue así!
Cuando este paquete tecnológico llegó a Colombia, el gobierno nacional sin más ni menos obligó a nuestros campesinos a implementarlo, sin el conocimiento suficiente del mismo por parte de este; con un agravante mucho más significativo y es que nunca se le dio la capacitación debida a nuestros agricultores para que se pudiese implementar dicho proyecto en sus cultivos; y no se dimensionaron a su vez las consecuencias a las que se podía llegar en un futuro inmediato con la mala aplicación de todo este proyecto que es el detonante de un gravísimo problema que se viene padeciendo desde mucho tiempo atrás, problema silente el cual el estado conoce y se hace el bobo como siempre, al igual que el campesino quien se está engañando a si mismo; problemática que está acabando con el suelo en todo su contexto (esterilidad del mismo tanto con plantas como animalitos e insectos), los afluentes hídricos, el aire, pero sobre todo con la salud de nuestros productores y consumidores de esas papas, esos frijoles tan ricos, ese tomate, en fin con todos nosotros que somos los consumidores de esos productos que día tras día cultivan nuestros empresarios del agro.
Y es que el tema es tan delicado que según un informe de la Universidad Nacional de Colombia en los últimos 20 años se ha dado un incremento exorbitante en el uso de agroquímicos por parte de nuestros campesinos, hasta tal punto que es del 360% según lo describe el artículo publicado por esta prestigiosa universidad. Este informe revela que la intoxicación por plaguicidas ocupa el segundo renglón de las emergencias que se presentan en el país, el primero lo ocupan los envenenamientos provocados por medicamentos.
Según el Banco Mundial, desde hace 20 años se incrementó el uso en toneladas y la importación de plaguicidas en un 360%, esto a su vez condujo al aumento de los reportes de intoxicaciones en las salas de urgencias por el consumo de alimentos que no han tenido un manejo adecuado en el lavado o la cocción.
Con este informe se logró identificar alrededor de 10 productos con alta toxicidad que se emplean en alimentos de gran consumo como el arroz y el tomate. Dichos productos son de tipo Carbamatos y Foforados como el Mancozeb, un plaguicida que se utiliza como fungicida para combatir los hongos en los cultivos.
El informe concluye haciendo referencia al porqué, de la problemática y resaltan que la cantidad de plaguicidas utilizados en el país es muy alta y esto se debe en parte al desconocimiento de los agricultores que consideran que mientras se aplique mayor cantidad de plaguicidas en los cultivos, mejor será la producción ¡Aspecto completamente cierto ya que esta es la creencia número uno de nuestros campesinos, creencia completamente errónea! Y al poco o nulo acompañamiento que tienen nuestros productores por parte del estado para con este tema.
Sin lugar a dudas un informe demasiado interesante y máxime cuando en Colombia se comercializan y se consumen por parte de nuestros campesinos, productos muy tóxicos que han sido radicalmente prohibidos en otros países, sustancias químicas que cuestan entre $700.000 y $1.000.000 por litro, altamente potentes con las plagas pero letalmente nocivo con la salud de quienes lo aplican, orquestados por las multinacionales quienes dan bonificaciones a los propietarios de las tiendas agropecuarias y algunos Agrónomos para que inciten a los campesinos a consumir dichos productos que mueven miles de millones de dólares en el país, patrocinando según se dice en la calle un cartel tan delicado como cualquiera en el mundo y lo más triste es que muchos campesinos, entre ellos los floricultores los están comprando a diestra y siniestra y aplicándolos en sus cultivos sin control, sin haber una necesidad latente, sin saber cómo se hace su aplicación, pero sobre

todo sin los cuidados y las medidas de protección respectivas ¡que no sean esas las flores que adornaran sus tumbas el día de mañana!, Y por si fuera poco, nuestra nación es el segundo país mayor consumidor de agroquímicos de toda América, lo que describe la problemática tan severa que se vive en el agro Colombiano.
Yo no entiendo por qué el campesino cambió un modelo de producción agrícola, eficiente y económica por otro, donde creó una dependencia directa de todas estas semillas y agroquímicos que están acabando con todo en el ecosistema. Claro que con la presión del gobierno que obligaba a los productores a implementar dicho paquete tecnológico, o sino los llamaba brutos e ignorantes, pues así cambia cualquiera, ¡Aunque así nos han llamado siempre!
Espere amigo lector los daños que causan estas sustancias químicas en la salud de las personas y los animales.

DANIEL ALEJANDRO QUINTERO ZULUAGA
Médico Veterinario Egresado de l a U . de A.
danielalejoqz@hotmail.com
Director y Presentador de Desafío Agropecuario en Viboral Tv y Periodista de Viboral Noticias.
Director (r) del Grupo de Estudio Sobre Bovinos de la U. de A. Seccional Oriente.
Columnista del periódico Colombia positiva y Noticarmen.

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