EDITORIAL JULIO

paraiso

¡ QUE PARAISO, PARCE !

A nosotros los de espíritu aventurero, que todavía leemos novelas de Julio Verne, de Zorrilla o simplemente degustamos los escritos de Oscar Wilde o Sir Arthur Conan Doyle, donde la imaginación no se detiene y termina siendo lo mismo que hablaba Santo Tomás de Aquino, cuando decía, “ La imaginación es la loca de la casa”.
Para los que algún día soñamos ver una Colombia llena de alegría, sin pobres cada día más pobres, o ricos cada día más ricos, pero a costa de esos pobres, que solo encuentran consuelo en sus oraciones y en las mentiras de los gobernantes que mienten a un pueblo incauto, cuyas esperanzas de difuminan como cuando al alba se nos hace borroso el paisaje, porque la bruma empieza a espandirse.
Sí, a nosotros los buenos de corazón que todavía saludamos a nuestros vecinos con cariño, porque los conocemos de hace años atrás, y tratamos de ayudar a los necesitados, así el estado no nos de ni un lápiz para escribir o firmar un acta cuando lo necesitamos, nos duele ver como nuestra patria se derrumba por lo mal direccionada que va, pues las protestas son el pan nuestro de cada día, y si hablamos de la salud, no levante las enjalmas, porque las peladuras son tan grandes, que parecen las llagas de Lázaro, el buen amigo del Maestro Jesús en Jerusalém, y vemos como se cierran hospitales, como en los noticieros nacionales el pan nuestro de cada día, son las muertes de los usuarios en las salas de espera de dichos centros de salud.
Si hablamos de otro tema para disimular un poco tan grave situación, vemos las marchas de los sufridos maestros que pelean lo que por derecho tienen, como son la salud, un salario justo, unas clases sin sobre población y sin que los pisoteen desde el gobierno central.
Pero cambiando de tercio, que decir del Paro Camionero, donde el estado se ha burlado de sus necesidades y derechos, pues al fin y al cabo eso es lo que pelean, unos derechos vulnerados, porque el estado central, no tiene ojos sino para el proceso de paz, que si bien es cierto, la paz es necesaria para el buen vivir de todos los colombianos, también es cierto, que los muertos no van a ser por combates con la guerrilla, sino por falta de asistencia en los hospitales, por falta de comida en los hogares de los maestros y lo peor por que no hay alimentos, pues no hay quien los siembre, ni quien los recoja y cuando se logre que estas dos premisas se cumplan, no hay quien los transporte, y si estamos de buena suerte para conseguir un abnegado hombre que los lleve, llegarán en mal estado por el paro en las vías del país.
Sabemos que la paz se consigue, como dicen los mismos directivos de la subversión, cuando haya justicia social, cuando el gobierno central entienda que el sueldo de los asalariados suba un porcentaje razonable y no veinte o treinta mil pesos mensuales, pero a los congresistas les suban la módica “ chichigua” de siete millones, para personajes que ni asisten a las reuniones en el congreso, donde se vota a pupitrazo ventiao, muchas veces sin los analisis correspondientes, para dar aprobación a un proyecto.
Sólo me resta decir, ´Sigamos votando por unas personas que no cumplen sus funciones y algunos se venden por dádivas o terminan investigados o encarcelados. “El pueblo se merece los dirigentes por quienes se vota”.
Gracias a Dios, en este Carmen de Viboral, vivimos en un paraíso, donde todavía se encuentran veredas con costumbres ancestrales, donde aun se siembra y el “ chirrinchi”, sabe a gloria o a sangre de mártir, siendo un bálsamo para el alma inquieta”

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