OPINIÓN -ABRIL- CARLOS BETANCUR

 

LA IDIOSINCRASIA Y EL FERVOR POPULAR DE NUESTRO PUEBLO

Semana Santa en el mundo católico, constituye sin duda alguna la mejor expresión abierta de la doctrina cristiana. La celebración más grande del mundo católico transcurre entre la fe que se profesa como iglesia y la que el pueblo vive desde su imaginario colectivo. Con historias bíblicas y mandas que se ofrecen a Dios en petición o en agradecimiento, muchos feligreses viven la Semana Santa entre la fe y la convicción, con una mezcla espontanea de irreligiosidad y superstición y el peligro de ser mitificada y salirse del contexto doctrinario. El secularismo aunque ha desvirtuado la Semana Santa en tantas regiones del mundo, en El Carmen de Viboral todavía no logra arraigarse, porque el período asueto de esta temporada, logra trascender a través de sus feligreses que convocados por su fe, atienden el llamado pastoral en multitudes incontables que dan testimonio de la tradición seglar en nuestro municipio.
El Carmen de Viboral, mantiene el acervo cultural más arraigado de los municipios vecinos del Oriente Antioqueño, producto y mezcla de una tradición social, cultural y religiosa, que logró su amalgama en el escenario urbano a través de los años. El imaginario colectivo es el pensamiento social, cultural capaz de crear y ser influyente en las diferentes manifestaciones de los pueblos, y se producen a partir de las creaciones alusivas que son objeto de nuestra forma de vivir y pensar, generando evidentes signos sociales y culturales que enriquecen la idiosincrasia mediante la expresión cultural y religiosa, que el pueblo sabe mezclar con la doctrina profesada por el cristianismo católico.
Así, nuestro municipio, ha crecido con una población formada en su mayoría con tradición religiosa y heredada a través de varias generaciones, que le han dado al Carmen de Viboral una singularidad urbana y social, la misma que supo expresar el maestro Alberto Acosta Tobón en las letras de nuestro hermoso himno, todo un poema exaltando las virtudes de su pueblo e inspirado en la trilogía heráldica de nuestro municipio; – Dios, Patria y trabajo -, que formaron la filosofía de una cultura que logro permanecer en nuestros habitantes y que le dio forma a una identidad autóctona que trascendió entre generaciones a través del tiempo.
Tal vez entonces, sean muchas las razones por las cuales en nuestro municipio habiten más personas buenas que malas, pero quizás, la gran mayoría de ellas, tengan que ver con el legado de su tradición religiosa, que espontáneamente formó una comunidad urbana de convicción y conciencia, que supo heredar y aprender el concepto de “ser bueno”, como el acto más sublime de la condición humana en cualquier comunidad o pueblo del mundo, por eso nuestra perla azulina tiene el capital más valioso de la región ; Su gente.

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