EL MIRADOR DE ARTURO – AGOSTO

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Gesto Noble, Gesta Histórica
Nos ocurre a los opinadores y comentaristas de la realidad el tener que referirnos con mucha frecuencia a situaciones conflictivas, justificándonos en este complejo de incertidumbres y angustias que afronta la humanidad en estos tiempos. Por eso mismo reconforta encontrar una realidad, un fenómeno que produzca una sensación de placer como el que hoy me ocupa. Quiero solazarme en su tratamiento.
Lo digo por el alborozo que causa tocar un tema de tanta trascendencia positiva como lo es el Festival de Teatro El Gesto Noble que tiene lugar cada año en el mes de julio en nuestro municipio. Estaba en mora de hacer este reconocimiento a los protagonistas de esta gesta que no dudo en considerar de histórica sin caer en exageraciones regionalistas. No es sino escuchar a los especialistas de fuera de nuestro municipio. Encuentran en El Gesto Noble una ocasión especial para el diálogo con el movimiento teatral de dentro y fuera del país en unas condiciones muy diferentes a las de los otros festivales. El ambiente que propicia El Carmen para ese encuentro es distinto y a decir de los mismos teatreros, no se quieren perder año a año esta oportunidad de diálogo cercano e intenso con sus colegas, compañeros y amigos en el teatro.
El Gesto Noble acaba de celebrar su versión número veinte, pero empezó a realizarse en 1993. Desde entonces, de la mano de un grupo de gomosos intrépidos, los que conformaron el grupo Tespys, desafiaron las difíciles condiciones en las que se hace cultura en este país y armados de sueños y mucho entusiasmo arrancaron por este camino propio de aventureros.
En su mayoría de edad, El Gesto Noble se ha consolidado como una convocatoria sólida para grupos de gran calidad en el concierto internacional y los propios nacionales. Su nómina es de lujo y se convierte en la oportunidad de oro para que los asistentes tengan un contacto estrecho con la gente del teatro, actores, directores, críticos, especialistas quienes en diferentes encuentros oficiales o departiendo un café o un almuerzo van compartiendo conocimientos, sensaciones, sentimientos. Eso hace grande este evento, la oportunidad del diálogo cercano, sereno, afectuoso, al ritmo de pueblo, de los participantes a todo nivel.
En su crecimiento, este evento ha despertado un movimiento teatral en El Carmen, de manera tal que son varios los grupos y los eventos que se han venido consolidando en una red que trasciende las fronteras municipales y articula ya un movimiento regional importante.
No sé si soy injusto con los procesos de otras manifestaciones artísticas pero percibo que el movimiento teatral ha jalonado todo un torrente de actividades culturales afines o complementarias al teatro. Él mismo contiene, en su puesta en escena, la música, el canto, la poesía, la danza, y convoca sus variantes como los mimos, los títeres, las marionetas, el clown, en fin, la palabra y las artes plásticas en sus diferentes formas. Esta atmósfera cultural envolvente del teatro es tierra abonada para que florezcan las diferentes artes. En su casa, hoy llamada el Instituto de Cultura se respira arte y cultura por doquier. Y claro, todo este movimiento involucra a muchos jóvenes, a muchos niños, a muchos padres y a iniciados en las diferentes manifestaciones culturales.
Por eso el Gesto Noble no es un encuentro de teatreros únicamente. Incluye en su programación cada vez más actividades que convocan a más públicos a lo que es toda una fiesta de la cultura, renovada cada año con imaginación y acierto. Desde su punto de arranque en cada versión, ese festival de color, de música, de fascinación y de magia con que se abren fuegos, el desfile de comparsas, durante ocho días y de manera intensa, se sucede toda una fiesta, un carnaval de alegría, de la cultura, del espíritu.
Pensando en su futuro, no ha olvidado el festival la formación de públicos. Asistí a un hermoso evento al aire libre en el Barrio Don Berna en el que los niños se involucraron de una manera estrecha y participativa en una obra conducida de manera magistral por un único actor. No olvidarán nunca estos chiquillos este encuentro con las artes escénicas. Muchas de las semillas allí sembradas seguramente se desarrollarán.
La utilización de escenarios al aire libre va en la misma dirección y le da sentido especial al evento. Creo que es un acierto este acercamiento con un público que en ocasiones se ve sorprendido por el teatro. Puede suceder que este encuentro furtivo con el arte signifique para alguien un enganchamiento permanente. Muchas cosas de la vida nos suceden de esta manera.
Para los propios hacedores de cultura, para los teatreros, para el público, éste es nuestro encuentro. Yo diría que estos son los Juegos Olímpicos de la Cultura en El Carmen de Viboral con la ventaja de tener cada año ésta nuestra fiesta de gala. El Gesto Noble la convoca.
Creo que la piedra fundacional del profuso movimiento cultural la puso el movimiento teatral. La rica oferta cultural que hoy tenemos en El Carmen tuvo su gestación y nacimiento con estos pioneros. Se manifiesta a lo largo del año. Pienso en Plaza Cultural, el evento mensual, en el Carnavalito de Música Andina, en el Premio Nacional de Poesía José Manuel Arango en memoria del más grande y quien más renombre le ha dado a El Carmen en las letras, pienso en el Foro Anual de Filosofía STOA, en Viboral Rock, en los programas académicos permanentes de pintura, cerámica, música, cine, en Carmentea, en el encuentro local de teatro, en fin, en no sé cuántas cosas más que llenan de orgullo y alegría registrar.
Por todo esto y mucho más, el lema acuñado en buena hora, no sé por quién, para El Carmen, “Un pueblo con vida cultural”, lo dice todo y revela, con justicia, lo que iniciaron “estos locos”, como cuota inicial, pero que, también en honor a la justicia, han encontrado en muchos otros carmelitanos los aliados y cómplices necesarios para esta Gesta Histórica, El Gesto Noble.
Arturo Montoya Ramírez
Medellín, agosto de 2015

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